Eva y Adan

EVA Y ADAN

Cuando Eva y Adán se conocieron en los Jardines del Edén, esto fue hace miles de años, dicen que Eva sedujo a Adán con una manzana del “Árbol Prohibido”. Pero se asegura que en realidad ella encontró el fruto tirado en el suelo y en estado de descomposición.Por lo que él, para no ser descortés y mal educado, aceptó comer del fruto en cuestión, sabiendo ya de antemano que le provocaría la expulsión del Paraíso, fuertes dolores de estómago y quizás la muerte!

Pero su orgullo, sus bajos instintos, y sus malas intenciones con respecto a la ingenua muchacha lo hicieron caer en el pecado.

Por el contrario hay quienes afirman que no fue ella a ofrecer la manzana a Adán, sino a otro individuo que vivía en un paraíso cercano: esto provocó la furia del primer hombre, no solo por sentirse traicionado, sino por darse cuenta que ya no era el único macho disponible al que ella pudiera confiarle sus secretos. Ahí comenzó la “lucha por la vida”, postulada por Darwin, varios siglos después.

Según los teólogos del medioevo y otros profetas: aún hoy estamos pagando por el error de Adán, padeciendo angustias o enfermedades y asumiendo obligaciones que por ese entonces no se conocían.Hay también quienes han tratado de demostrar con teorías delirantes y mal pagadas que fue Adán a tentar a Eva, y que dicho fruto en realidad era algo más parecido a un plátano del Caribe y no una simple manzana como la conocemos hoy en día.
Motivo por el cual ella se sintió ofendida y humillada, por considerar la propuesta de su compañero: obscena y de mal gusto, una trampa para fornicar entre los pastizales del Edén, o una simple invitación a cometer adulterio. (Si bien aún Moisés no había escrito los diez mandamientos inspirado por Dios).

Hay quienes afirman, en cambio, que no fue Moisés a escribir los mandamientos, sino el mismo Adán después de ser expulsado del paraíso y bajo la influencia de ciertas plantas alucinógenas que cultivaban los primates desde tiempos remotos.
Se sostiene también que en la biblioteca de Gerusalem existiría otra tabla que fue escondida en ese lugar por el mismo Jesús ya que consideraba que esos mandamientos, además de ser apócrifos eran difíciles de respetar y casi imposibles de poner en practica. Pero esto es otra historia.

Ya no existen los árboles prohibidos, pero si las manzanas en descomposición, ya no hay muchachas vírgenes que te ofrecen el Paraíso, pero si putas baratas que publican sus avisos en el diario.El exceso de civilización en algunos países y la falta casi total en otros, ha hecho que quienes quieran comer un fruto cualquiera deban recurrir a un “Shopping Center” o a la verdulería de su barrio.
Lucas Molina